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    La globalización del béisbol necesita un influencer como Henry Kissinger

    Denver, Colorado – En el mundo de la geopolítica y la diplomacia del siglo XX, pocos nombres brillan con tanta intensidad como el del político e influencer Henry Alfred Kissinger. Este hombre, nacido en Alemania en 1923 y emigrado a Estados Unidos huyendo del nazismo, se convirtió en una figura icónica y trascendental en la configuración del mundo tal como lo conocemos hoy en día.

    Kissinger fue, sin lugar a dudas, la persona más influyente del siglo pasado, el arquitecto de muchas de las circunstancias que hoy vivimos en el planeta y sus contribuciones a la geopolítica mundial siguen dejando huella en nuestro presente. Si no conoces al personaje posiblemente es porque desconoces sobre geopolítica y también porque él sabía “gobernar” desde el anonimato, siendo un influencer detrás de las figuras políticas más importantes, polémicas y dispares.

    Uno de los aspectos más destacados de la influencia de Kissinger fue su habilidad para navegar entre los líderes de las naciones más poderosas del mundo. Como Secretario de Estado de los Estados Unidos bajo las presidencias de Richard Nixon y Gerald Ford, Kissinger tenía el raro privilegio de almorzar en el Kremlin con líderes soviéticos y cenar en la Casa Blanca con presidentes estadounidenses, todo en un mismo día y en épocas de mayor turbulencia en aquel mundo bipolar.

    Su capacidad para relacionarse con figuras tan dispares como el líder chino Mao Zedong, líderes comunistas y capitalistas, lo convirtió en un actor crucial en la diplomacia internacional y un arquitecto clave de la globalización económica que conocemos hoy. Pues te cuento que China es hoy lo que es porque Kissinger lo planeó. ¿Qué tal?

    Pero, ¿qué tiene que ver Henry Kissinger con el béisbol y su globalización? Sorprendentemente, mucho más de lo que podríamos imaginar. Aunque Kissinger es más conocido por su amor al fútbol, deporte que practicó en su juventud en Alemania antes de ser expulsado por el régimen nazi debido a su origen judío.

    En 1978, gracias a la astucia diplomática de Kissinger y su comprensión de la creciente globalización de las marcas deportivas y la omnipresencia del dólar como moneda mundial, la Copa del Mundo de la FIFA se celebró en Argentina, siendo por el entonces la Copa del Mundo más mediática, y con los primeros grandes patrocinantes y con el primer balón Adidas de los mundiales.

    Este evento marcó un hito en la internacionalización del deporte y demostró que una figura política podía jugar un papel importante en el mundo del deporte, ya que aquella Copa del Mundo aunque lamentablemente se organizó bajo una dictadura militar argentina, justamente dio el mensaje de que el deporte estaba por encima de la política. “El deporte es un guerra pacífica”, dicen algunos.

    Kissinger no se detuvo ahí. En 1994, la Copa del Mundo de la FIFA se llevó a cabo en Estados Unidos, un logro que puede atribuirse en parte a la influencia del diplomático. Este acto no solo impulsó el fútbol en el país norteamericano, sino que también reforzó la idea de que el deporte podía servir como un vehículo para la diplomacia y la influencia global. El fútbol es lo que es por muchas razones, claro está, pero una de esas principales razones fue Kissinger.

    Entonces, ¿por qué hablamos de Kissinger en relación con el béisbol? La respuesta es simple: si queremos que el béisbol se globalice de la misma manera que lo hizo el fútbol en su momento, necesitamos una figura de influencia comparable a la de Henry Kissinger.

    Los Acuerdos de Abraham y la expansión del béisbol en Medio Oriente

    “Los Acuerdos de Abraham” de 2020 en Oriente Medio son un ejemplo contemporáneo de cómo personalidades influyentes en la geopolítica pueden estar abriendo las puertas para que el béisbol se arraigue en regiones donde hasta ahora ha sido un deporte marginal.

    La visión del mundo de Kissinger, basada en la diplomacia pragmática y la búsqueda de intereses comunes, podría ser valiosa para llevar el béisbol más allá de las fronteras de América y el Caribe y convertirlo en un deporte verdaderamente global.

    En un mundo cada vez más interconectado, el deporte se ha convertido en un elemento fundamental de la diplomacia y la influencia internacional, y Kissinger entendió esto mejor que nadie desde hace muchas décadas. El deporte es mágico porque está por encima de la política, y esto lo saben los políticos mejor que nadie.

    Henry Kissinger fue un gigante en el ámbito de la diplomacia y la política mundial, y su influencia se extendió incluso al mundo del deporte. Si deseamos ver el béisbol globalizado de la misma manera que el fútbol, necesitamos líderes influyentes que puedan abrir puertas y crear puentes entre culturas. La globalización del béisbol necesita un influencer como Henry Kissinger, alguien capaz de unir naciones a través de este deporte apasionante.

    En un próximo artículo les estaré escribiendo sobre los nuevos influencer del béisbol quienes siguen los pasos de Kissinger y están llevando “el pasatiempo preferido de los estadounidenses” a Inglaterra y el Medio Oriente.

    Abel Flores
    Abel Floreshttp://codigoabel.com
    Periodista, analista e investigador con especial atención a la geopolítica, la economía, el deporte y fenómenos que desafían la lógica convencional. A través de Código Abel, combino mi experiencia laboral de más de dos décadas en diversas fuentes periodísticas con mis intereses y gustos personales, buscando ofrecer una visión única del mundo. Mi trabajo se basa en el análisis crítico, la verificación de datos y la exploración de conexiones que a menudo pasan desapercibidas en los medios tradicionales.

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