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    Múltiples cirugías de Tommy John en los pitchers generan pérdidas de al menos $3 millardos

    Si se utiliza una proyección promedio de 300 millones por temporada pagados a peloteros lesionados por Tommy John desde 2014 hasta 2024 se habrían gastado hasta 3 millardos de dólares en 10 temporadas, según las proyecciones de Forbes (que sólo consideraron 5 temporadas, pero evidenciaron una inflación de $200 millones a $400 millones en 5 años). Los Yankees valen $7.1 millardos ¿Cuánto más están los equipos dispuestos a despilfarrar?

    El béisbol es un deporte hermoso, de eso no cabe duda, y la MLB es una liga profesional que utiliza el béisbol principalmente para entretener y también para generar ganancias económicas a corto, mediano y largo plazo. Nada extraño por ahora.

    Pero desde las últimas 5 temporadas ha habido como nunca antes en la historia de esta industria gastos inesperados, inoportunos -y por las estadísticas publicadas- con una tendencia dramática en aumentar los costos médicos. Las aseguradoras deben estar pegando el grito al cielo ¿Cuándo no?

    El béisbol ha perdido hasta $3 millardos debido a las reiteradas y preocupantes lesiones de lanzadores en un período de 10 años, según una investigación publicada por la revista especializada en economía Forbes. Para que tengan en contexto el “bojote” de dinero que esto representa, el nuevo dueño de los Orioles de Baltimore, David M. Rubenstein, compró hace tan solo semanas por $1.7 millardos a una de las franquicias más históricas de la MLB.

    Solo en la temporada 2014 hubo más de dos mil días perdidos por jugadores en la lista de lesionados. Aunque la mayoría son lesiones leves, se nota con preocupación el aumento de la cirugía de Tommy John como el remedio habitual para una lesión del Ligamento Colateral Ulnar (LCU), como se conoce médicamente. Desde 2014 hasta hoy se estima que hay 20 mil días improductivos de peloteros en la lista de lesionados, cobrando sin jugar, porque en MLB a diferencia de otros deportes como el fútbol, los contratos a peloteros son garantizados.

    Esta lesión tiene un margen de recuperación entre 12 y 18 meses. Es decir, hasta una temporada y media pierden los peloteros que se someten a la cirugía. Y menos mal que desde hace 50 años se cuenta con ella, la cual más que bien ha salvado la carrera de miles de deportistas. Sin embargo, vale preguntarnos ¿no es mejor medicina o técnicas preventivas para evitar el desgaste del ligamento antes de operarse? Y en todo caso ¿qué está afectando a los lanzadores modernos que no le pasaba a los de antaño? ¿Lanzar 100 mph, el reloj, ambas cosas?

    Someterse a la cirugía de Tommy John, como a cualquier otra cirugía, es un tema delicado en la salud porque es una intervención externa al organismo, con todos los riesgos que eso conlleva y que te hacen firmar antes de la operación. No es tan fácil como vacunarse o ponerse un vendaje adhesivo.

    Incluso el lanzador japonés Yu Darvish en 2014 estuvo considerando no realizarse la cirugía y lanzar con la mano izquierda, lo cual no llegó a suceder, pero estuvo en consideración. Una fuente de los Padres de San Diego me confirmó que es cierto que el derecho Yu Darvish puede lanzar con la zurda, y lo hace eventualmente en entrenamientos, solo que le llevaría mucho tiempo adiestrar su brazo izquierdo para la alta competencia en Las Mayores. No me extraña que usted, estimado lector, esté tan sorprendido como yo lo estuve al enterarme de esta novedad, la cual no creí hasta que me la confirmaron en ese dogout.

    En aquella temporada Si Darvish quedaba fuera en 2014, el gerente general Jon Daniels podía agregar otros 162 días perdidos en el registro del equipo, junto con $10 millones en salario de lanzadores en la lista de lesionados. Migajas, en comparación con lo que los Phillies de Filadelfia perdieron en 2014 con Cliff Lee, quien sintió molestias en su delicado codo izquierdo. Lee ganó $25 millones en ese año.

    Imagínense ahora todo el dinero que se despilfarra cada vez que un pitcher es sometido a la cirugía. Tan solo en la presente campaña de 2024 hasta 58 lanzadores se han sometido y/o se van a someter a la Tommy John, y aún no se han jugado ni las primeras cuatro semanas de la temporadas. ¿Preocupante? En demasía para los que amamos el béisbol de Grandes Ligas.

    El reportaje de la prestigiosa revista Forbes tiene a una persona clave para entender todo esto que está pasando en el béisbol, donde se está despilfarrando dinero a diestra y siniestra, pero los equipos muchas veces son incapaces de invertir en capacitación de sus empleados y en el aumento de sueldo de personal en los estadios, la mayoría de la tercera edad por si usted no lo sabe.

    Hablamos de Will Carroll, quien es el hombre al que acude la industria para las lesiones deportivas. Carroll es un periodista que sigue los días perdidos, y lo que es más importante, los dólares perdidos causados por lesiones de jugadores. Él mismo se considera un ​traductor: “Hablo con médicos, entrenadores atléticos y profesionales de rehabilitación y traduzco lo que hacen a términos que los aficionados al deporte pueden entender. No pretendo ser un profesional médico; solo soy un reportero especializado, muy especializado”.

    Ha ejercido su oficio en el béisbol, trabajando para los Cerveceros y los Marineros, entre otros, y actualmente asesora a dos clubes de fútbol inglés, a un equipo de la NBA y a un programa atlético universitario. Sus créditos de escritura sobre el tema incluyen Sports Illustrated, Bleacher Report y Baseball Prospectus.

    Carroll estima que los dólares de las Grandes Ligas perdidos debido a las lesiones de lanzadores de 2008 a 2012 ascienden a $1.1 millardos. El desglose año por año no puede ser revelado por la integridad de los pacientes, pero se puede hacer el cálculo y acercarse lo suficiente. ¿Cómo te suena aproximadamente $200 millones por año? ¿Y alrededor de $400 millones para 2013? Ese dinero va directamente al inodoro de los dueños porque tienen que pagarle por sus servicios no prestados a lanzadores que deberían estar montados en los montículos de Estados Unidos.

    Si se utiliza una proyección promedio de 300 millones por temporada pagados a peloteros lesionados por Tommy John desde 2014 hasta 2024 se habrían gastado hasta 3 millardos de dólares en 10 temporadas, según las proyecciones de Forbes (que sólo consideraron 5 temporadas, pero evidenciaron una inflación de $200 millones a $400 millones en 5 años).

    Tomemos como ejemplo que los Yankees de Nueva York, la franquicia más ganadora e histórica de la MLB, valen $7.1 millardos y los equipos de las Grandes Ligas en tan solo 10 años han despilfarrado hasta 4 millardos de dólares. Te lo digo de otra manera: más han tardado los Yankees en construir su imperio en cien años sumando dólar tras dólar que lo que han pagado las aseguradoras por las cirugías de Tommy John, su recuperación y tratamientos en tan solo una década.

    Si bien el término comúnmente utilizado “epidemia” no es apropiado porque afortunadamente los LCU no se contagian, demasiados lanzadores jóvenes y talentosos con contratos multimillonarios están cayendo en la cirugía de Tommy John. El costo de las lesiones de lanzadores simplemente es exagerado, alarmante, inédito y devastador para el show. El fanático paga entradas muy costosas para ver a los mejores, no a los suplentes, ni mucho menos a los Triple A.

    Muy interesante que Will Carroll ve “una falta de acción” por parte de los poderes establecidos ¿quiénes son ellos? “Es sorprendente que el béisbol básicamente no haya hecho nada al respecto. Tenemos hombres de negocios muy inteligentes: magnates de bienes raíces, multimillonarios de fondos de cobertura, comerciantes de arte, directores ejecutivos, y con mil millones de dólares perdidos solo en lesiones de lanzadores (entre 2014-2019), ¿están gastando menos de un millón en investigación?, culmina el reportaje de Forbes”.

    No sé ustedes, pero cuando estas cosas pasan a mi me parece que hay gato encerrado.

    Abel Flores
    Abel Floreshttp://codigoabel.com
    Periodista, analista e investigador con especial atención a la geopolítica, la economía, el deporte y fenómenos que desafían la lógica convencional. A través de Código Abel, combino mi experiencia laboral de más de dos décadas en diversas fuentes periodísticas con mis intereses y gustos personales, buscando ofrecer una visión única del mundo. Mi trabajo se basa en el análisis crítico, la verificación de datos y la exploración de conexiones que a menudo pasan desapercibidas en los medios tradicionales.

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